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el dibujo y su evolución


trabajo realizado por Guillermina Casanova Báez

EL DIBUJO Y SU SIGNIFICACION TERMINOLÓGICA


INTRODUCCIÓN

La palabra grafía procede del verbo griego yráphw, término éste que designa tanto la actividad gráfica como la escrita, convergencia por lo demás común en casi todos los grupos lingüísticos.

Elena Parma Armani precisa que la distinción entre una y otra actividad se hace patente desde la civilización griega y romana, éstos distinguen entre "pictura" y "graphidis vestigia". Además, en los países del Extremo Oriente, China y Japón, un único término, "hua", designa la pintura, el dibujo y la escritura, unificados en el plano teórico y técnico en cuanto a proceso de formación conceptual de imagen, que, en medio de su objetividad, consideran semejantes.
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EL DIBUJO Y SU EVOLUCIÓN EN EL TIEMPO

Por otra parte, la utilización de todo tipo de dibujos como fuente de inspiración por parte de los pintores medievales, es algo que ha sido suficientemente probado". A través del estudio analítico de los mismos puede deducirse que sirvieron de modelo o de estímulo para la realización de pinturas de la Edad Media


El dibujo ha sido valorado desde el siglo XVI como el origen y fundamento de todas las artes, idea desarrollada entre los teóricos italianos . El concepto del dibujo se convierte en un mero acto físico en el que dibujar significa trazar líneas, ya sean de contorno o con trazos interiores a modo de sombreado, que completan dicho contorno. Giorgio Vasari profundizó aún más en el concepto de dibujo, menciona la experiencia de los sentidos y la abstracción espiritual en la creación del dibujo. Se piensa, por primera vez, en el dibujo como íntima expresión del trabajo de un artista: "envuelve un juicio universal de las cosas y se traduce en una forma o una idea de la naturaleza, exacta en todas sus medidas".

Asimismo Vasari, distingue en primer lugar, el bosquejo o esbozo, primer pensamiento o idea (dibujos hechos en forma rápida y con trazos apenas marcados sobre el papel); en segundo lugar, el perfil, también llamado contorno o lineamiento, el dibujo está delimitado (dibujo trazado en todo su contorno), del dibujo terminado, en el que se tienen en cuenta la perspectiva, los colores y las luces. En tercer lugar, el cartón, fase en la que se definen todos los detalles, al mismo tamaño que la obra a realizar.

En España hay una dependencia de las fuentes teóricas italianas. En el siglo XVL Pablo de Céspedes "encarna la versión española de la teoría del dibujo emanada de Zuccaro (...) aunque, sin embargo, la modifica en una dirección de un cierto y ya preciso naturalismo, que prescinde del extremo idealismo
y se encamina a la observación de la realidad.

Céspedes considera, "lo primero, in extremis lineis, entiendo los contornos y verdaderos perfiles, hechos con gracia y grandeza, y son las líneas que forman una cabeza, un brazo, una pierna, otro qualquier miembro, y finalmente toda una figura. Éste es el primer trabajo del arte y el extremo estudio en que consiste el dibuxo, el donayre y la magestad de las figuras.

En el siglo XVII Vicente Carducho diferencia el "dibujo especulativo (acto intelectivo) -del operativo o práctico-, obra interna y espiritualmente todas las cosas que el entendimiento interpreta y como en un imaginado mundo, forma, goza y conoce todo lo que puede conocer y gozar en el mundo verdadero
(...), éste a mi ver, es el dibujo interno: el extemo es aquello mismo, reducido a actuar en materia visible, emulando artificiosamente a la misma naturaleza (...), obrando con lápiz, pluma, u otra materia"'

En los escritos de Francisco Pacheco no existe un ensayo teórico propio sobre el dibujo, sino una reelaboración de un material previo", con una serie de definiciones-comentario del concepto de dibujo, según Armeni, Alberti, Leonardo, Van Mander y Dolce. La primera de las partes del dibujo es la buena manera, "significa lo mesmo que en el escribir la elegancia del estilo"'", la segunda es la proporción o simetría, la tercera, anatomía y la cuarta, perspectiva.



La práctica de la pintura la desarrolla con una mayor independencia respecto de las fuentes italianas, lo primero que trata son las técnicas de los estudios preparatorios: el dibujo y los cartones, asegura que la elaboración de numerosos bocetos es la mejor garantía de aprendizaje para el pintor. Considera, en primer lugar, los rasguños sobre papel (realizados con carbón, lápiz o con pluma); en segundo lugar, el dibujo ya definido; y, por último, aconseja la necesidad de hacer cartones'

En el siglo XVIII" el dibujo se considera, en exclusiva, "una parte de la pintura, junto al colorido, y se suprime por entero la referencia al dibujo interno que se llama ahora imagen ideal".

Diego Antonio Rejón de Silva lo designa como "parte principal de la Pintura y Escultura, que enseña la arreglada distribución, contorno y simetría de las partes de un cuerpo en su justa proporción. El Dibuxo es el ingreso único e indispensable en la práctica de esta facultad. El Dibuxo consiste en la firmeza y verdad de los contornos con buena simetría"'. Como parte esencial de la pintura se iguala con el claroscuro y el colorido, argumenta que es "delineación, figura ó imagen de cosa visible, executada de claro y obscuro sobre alguna superficie"


Rejón de Silva, introduce también la definición de dibuxo perspectivo, el que expresa sobre un plano los objetos como aparecen a la vista, mirados de un solo punto y distancia proporcionada" y el dibuxo geométrico, "el que expresa los objetos sobre un plano, con sus formas y medidas, como son en realidad,
y sujetos a escala ó pitipié"".

La segunda mitad del siglo XVIII trae la "institucionalización de las academias (...) comienzan a proliferar también las escuelas de dibujo, en directa conexión con las academias"''. En los planes de estudio de las Escuelas y Academias, el dibujo será ya una asignatura previa, con las divisiones que los usos prácticos de las enseñanzas reclamen, desde los principios, al yeso, el ropaje, y el natura.

Como vemos, muy acorde a las ideas de Mengs, para quien el dibujo es delineación de las formas, para cuyo acertado logro es fundamental el conocimiento de la anatomía, geometría y proporciones, así como de la perspectiva, que introduce el elemento óptico.

La Academia de Bellas Artes de San Femando'*, iniciada bajo Felipe V y sancionada por Femando VI en 1752", favoreció el desarrollo de las escuelas de dibujo y "gracias a una evolución de su manera de ver, los académicos llegaron a entender cuál debía de ser el papel de éstas (...)• Debían difundir el en las artes subaltemas" esto es, que los artesanos se debían formar por el buen gusto neoclásico'.





Ingres recomendaba dibujar "(...) con los ojos cuando no puedas dibujar con el pincel. Mientras no puedas mantener el equilibrio entre tu visión de las cosas y tu ejecución, no harás nada realmente bueno"^", insiste en la agilidad y firmeza del trazo, en el valor de lo lineal; en contrapartida, Delacroix destacó la capacidad del boceto para crear efectos y sugerir toda la fuerza de la inmediatez: "Lo mismo ocurre con los poemas que con los cuadros. No deben ser demasiado acabados: el gran arte es el efecto, no importa cómo se produzca(...)"'.

Esta idea preconcebida en Ingres y los artistas clasicistas "supone la aceptación de un ideal de belleza establecido previamente (...). Nos hallamos aquí ante la teoría artística del clasicismo, que se vincularía estrechamente con la enseñanza académica desde el surgimiento de las primeras academias, a finales del siglo XVI"

En España, desde el Antiguo Régimen, se había autorizado la creación de las academias, para centralizar los sistemas de saberes específicos. La Academia pretendió centralizar el control de las artes y crear un sistema unitario de su ejercicio; por ello, la de Bellas Artes aglutinó desde el principio, todo lo referente a la pintura, escultura y arquitectura,


Recordemos la larga lucha de los siglos XVII y XVIII de los profesionales de la Pintura en España, quienes defienden la ingenuidad de la Pintura, al mismo tiempo que su nobleza, contribuyen a transformar totalmente el ejercicio de su actividad. De ser un encargo, contratado de antemano, en medidas, tema, técnica, colores, tiempo, a ser una obra realizada cómo y cuándo el artista quiere, se consigue que la Pintura sea considerada Arte Liberal o de hombres libres,

Son dos modos de entender el dibujo, en el caso de Ingres como expresión lineal y síntesis formal, por el contrario, Delacroix, busca más una totalidad (con haces de línea, las líneas fraccionadas, los tramados

y la mancha de aguada), e insiste en los efectos generales de conjunto, para lo cual estudia otros elementos (luz y sombra, volumen, expresión y movimiento, etc.) que alteran la forma.

En el siglo XIX se empezó a plantearse la posibilidad de borrar las fronteras entre dibujo y color, se hacen derivar a ambos de una misma raíz. "Según tales teorías, línea y color son creadas por el hombre, que derivan su de un mismo origen y que nunca pueden ser totalmente separadas"".

A partir de entonces se defiende la idea del dibujo como íntima expresión del "quehacer" del artista: búsqueda de lo individual, de la libertad de creación y de lo genial. Ya no se recurre a definiciones teóricas del dibujo, sino que "se acentúa el aspecto crítico-filológico que se preocupa por la lectura, estudio y clasificación de los dibujos. Sólo en las academias siguen considerando el dibujo, según la tradición, como fundamento de las artes"". "La búsqueda, apasionada y dramática en ocasiones, de lo individual, de

la libertad de creación, y de lo genial, cambia radicalmente el sentido y el concepto del dibujo, que se procura liberar de las disciplinas, a la vez que la creciente preocupación sicológica multiplica el interés por el dibujo —el presente y el pasado— como documento sobre la personalidad del artista"''.

En el siglo XX el dibujo es considerado como una disciplina independiente', en parte, auspiciado por el propio conocimiento del artista, su preocupación por el proceso artístico y el valor que conlleva la investigación de cada medio al máximo.




EL DIBUJO VISTO POR LOS CRÍTICOS Y ARTISTAS

Carmen Bernárdez Sanchís puntualiza que "el dibujo no es sólo un conjunto de trazos sobre papel, sino un proceso de descubrimiento e indagación de la realidad objetiva y, al mismo tiempo, del propio desarrollarse del pensamiento y la creatividad del artista"". Este "proceso" puede materializarse

de muy distintas formas. Las técnicas dibujísticas ofrecen una amplia gama de posibilidades: desde el dibujo más de manchas y claroscuro, al lineal más depurado, pasando por la calidad del lápiz y el carboncillo, o la transparencia de la acuarela'

Críticos como E. Carbonell o E. Parma Armani, señalan como característica primordial del dibujo el trazo o la línea y lo diferencian de las restantes técnicas artísticas por el soporte: se utilizan superficies planas que reúnan factores tan importantes como la ligereza, de ahí que el papel sea el soporte más comúnmente usado.




En épocas pasadas se utilizaron hojas de papiro, tablillas de barro, etc.; la técnica: la imagen se puede trazar con lápiz, plumas o puntas afiladas; tiempo de ejecución: la relativa brevedad de su ejecución suele ser la tónica general al plasmar una imagen y las dimensiones: factor en íntima relación con la dimensión de la obra, por lo general de pequeño formato'.

En general, se suele concretar la diferenciación del dibujo respecto de la pintura, en el uso casi en exclusiva de determinadas técnicas, pues "además de las tintas, los dibujantes utilizan otras materias colorantes, como acuarelas, gouaches y óleos. Muy difundido, en ciertos bocetos sobre papel, está el uso de una marca con pincel y pigmento realizada en greda. Es evidente que con estas técnicas estamos ya en el límite del concepto de dibujo y entramos en el campo de la pintura"'"'.

Otros autores insisten en aclarar que estas características no son suficientes para definir un dibujo. Carbonell declara que "la distinción teórica entre delimitación gráfica y materia colorística no puede garantizar un criterio de diferenciación, pues el trazo más o menos espeso puede ser considerado mancha de color, a la vez que la mancha de color puede reducirse a la linealidad del trazo. Asimismo, toda mancha de color tiene unos límites, que pueden considerarse líneas""". Insiste, además, en que "una simple línea trazada sobre

una superficie, por el sólo hecho de ser perceptible, puede ya considerarse pintura. Por otro lado, la pintura, en sus manchas de colores diferentes y en sus límites, puede considerarse dibujo"''

Ángel Ferrant, afirma además, que se nace, normalmente, capacitado para dibujar. Para él, "el dibujo es un medio de expresión lo mismo que el lenguaje con respecto al cual, el balbuceo, no impide se manifieste el valor de la ocurrencia"''^ Reivindica además los dibujos de aspecto torpe o rudimentario, define como el mejor modelo "el que está en nuestra imaginación""".

Ferrant, matiza que "dibujar consiste en organizar las líneas, de tal manera que, ellas en sí, y en sus mutuas relaciones, se justifiquen coexistiendo como gráfico de nuestro pensamiento"''^ Aclara que es "una actividad que nace del instinto, que se nutre de la percepción, de la memoria, de la fantasía y que muere asfixiada por la preponderancia del raciocinio'""*. Así, pues, prevalece el valor subjetivo del dibujo, en contraposición al desarrollo del dibujo culto, propio de las escuelas y estilos artísticos.

El escultor, insiste en el empleo del dibujo como instrumento de enseñanza, tanto para el psicólogo, como para el pedagogo, pues les permite orientarse respecto a las aptitudes del individuo que lo practica, "la pulcritud de realización, la observación minuciosa del mundo real, la mayor o menor propensión

a representaciones esquemáticas, el grado o calidad de fantasía, etc., pueden ser filones de inestimable rendimiento como instrumento de enseñanza'"".



En este sentido, la investigadora María Eugenio Romano advierte la cantidad de posibilidades que ofrece como técnica proyectiva para los psicólogos'". En síntesis, la trascendencia del dibujo en el estudio de un autor, aporta de forma puramente objetiva información sobre su personalidad y modos de ver el arte. Esto no sólo es válido para los pintores"', sino también para los escultores", arquitectos' o simples dibujantes. Los dibujos, por su espontaneidad en unos casos, por su sabiduría y brillantez en otros, son a menudo más

atractivos que las pinturas, esculturas o proyectos arquitectónicos de los que pueden ser una primera idea, un apunte parcial, el esquema de la composición o ya la muestra muy elaborada de lo que será la obra definitiva. Los buenos dibujos tienen vida propia, vibran, son la expresión fresca e inmediata del genio del artista, por eso tienen ese enorme interesa

En este sentido Juan San Miguel et. alt., apuntan que puede considerarse el dibujo como el aspecto bidimensional de toda forma artística visual, independiente del color y de la tercera dimensión,aunque puede sugerir ambas cosas.


El dibujo es un arte por derecho propio, pero también desempeña el papel de "base necesaria en otras artes, especialmente el grabado, la pintura y la escultura de bajorrelieve; además, en su forma esquemática, es una técnica fundamental para el diseño arquitectónico y de otras clases




DIBUJOS DE CÉSAR MANRIQUE Y PANCHO LASSO

Los dibujos de Pancho Lasso muestran su forma de concebir el Arte, en especial los realizados entre 1926 y 1939 —época en que se instala en Madrid", acude a la tertulia de artistas en el Café de Oriente y conoce a

Alberto Sánchez" y Benjamín Falencia", a través del primero se acerca a las nuevas tendencias plásticas de la Escuela de Vallecas—, son obras en la que el artista ha ido, poco a poco, reduciendo al mínimo los detalles y las formas.



Con este bagaje artístico cala en él, la concepción de un arte puro entendido como arte pleno y medio para enseñar a comprender toda clase de Arte; o sea, de enseñarle la plástica al pueblo, libre en su ejecución y sin prejuicios de estilo.



Así surgen sus bocetos para escultura, como el Monumento al Marino, Monumento a la Música, denominado también Monumento a la Internacional, que en palabras de Josefina Alix es "una pieza emblemática del período y de la escultura de vanguardia en el ambiente madrileño de aquellos

años"". Representa "el hombre transmutado en música, con los pies agarrados a la esfera del mundo, como hundiendo en ella sus raíces"".




Para Pancho Lasso la base de todo es el dibujo, el esqueleto, es un ejercicio de libertad que nos aproxima al producto definitivo. Por otra parte, es también una manera distinta de expresar, pleno de verdad en sí mismo, de hecho el artista se expresa con más espontaneidad en el dibujo; es también un enigma, como todo lenguaje artístico, como la propia vida, con el que el artista puede lograr grandes cosas con pocos elementos gráficos.



En la década de los cuarenta César Manrique realiza una serie de composiciones en las que el tema central son los personajes populares de Lanzarote: campesinos, pescadores, camelleros, etc. Resalta en especial un

'" Se matricula como alumno libre en la Real Academia de Bellas Artes de San Femando y en la Escuela de Artes y Oficios y asiste al taller del imaginero Ángel Garzón, para aprender a tallar la madera.



" Benjamín Falencia y Alberto Sánchez forman la Escuela de Vallecas, que es más una actitud y un estilo que una "escuela" en sentido estricto. A partir de 1927 los dos artistas visitan Vallecas, allí mantienen conversaciones sobre la nueva visión del arte español y sobre la importancia del paisaje castellano en la plástica contemporánea.

Tras la Guerra Civil, Benjamín Palencia, permanece en España y "reinicia" la Escuela de Vallecas junto con Alvaro Delgado, Gregorio del Olmo, Enrique Núñez, Francisco San José y Carlos Pascual de Lara, grupo que no llegó a fructificar




En la Fundación César Manrique, se conservan numerosos bocetos del pintor César Manrique' preparatorios para obras murales, -bocetos de cerámica para realizar objetos decorativos*" -son interesantes los que representan ídolos aborígenes, como Mujer Gánigo, Boceto configura humana (1947), o los estudios de peces (c. 1946), presentan un trazo muy estilizado y personal; bocetos de sus grandes proyectos turísticos y los bocetos de esculturas móviles, a base de elementos geométricos combinados, para su serie Juguetes

del viento; estas esculturas participan de la concepción de César Manrique del Arte como juego, no sólo porque se mueven según la intensidad del viento, sino también porque sus colores le otorgan un fuerte carácter lúdico y recreativo.



En todos ellos prevalece su concepción personal de un arte en una relación intrínseca con el medioambiente', es así como juega con las formas y colores de sus móviles para darles una armonización perfecta con su ubicación, o cómo busca elementos en sintonía con el paisaje, como la utilización

del Diablo con tridente, símbolo del árido paisaje del Parque Nacional de Timanfaya.



El dibujo se convierte en vehículo para conseguir un fin, una idea, es también una expresión muy importante en sí misma y expedición hacia una ruta, el Arte Total. Pero también el dibujo es inicio, el momento básico en el encuentro del artista con la creación.




La fuerza de este mensaje reside en su carácter exhortativo y educativo. Exhorta e invita a tomar partido a favor de la naturaleza, de su belleza extema y de sus leyes ocultas -en este sentido, cabe citar cómo titula a uno de sus Juguetes del viento, con formas triangulares, Energía de la pirámide (1991)- y por ello educa (...). Propugna César un finalismo estético radical que se justifica en la vida (...). Su ambición suprema es borrar las fronteras entre el arte y la naturaleza".



LA TÉCNICA DEL DIBUJO

El dibujo se utiliza, en otras ocasiones, como protagonista con otras técnicas pictóricas, tal y como vemos en algunos bocetos de César Manrique' (acrílico y rotulador, barniz y rotulador" o lápiz y óleo sobre papel) o combinado con técnicas mixtas muy dispares". En el Museo Internacional de Arte Contemporáneo se conservan, también, dibujos de Pancho Lasso realizados con tierras y tinta sobre papel.



Como bien señala Elena Parma Armani, "el dibujo -en las Artes Gráficas modernas y contemporáneas- ha sido considerado fin en sí mismo y ha desarrollado nuevas técnicas con el resultado final de llevar a algunos artistas a la elección consciente del medio gráfico como expresión artística preferente o a transferir a otras técnicas procedimientos típicos del dibujo"'".






BREVE ANEXO BIOGRÁFICO



LASSO MORALES, Francisco (Arrecife, 1904-Madrid, 1973). En 1918 ingresa en la Escuela de Artes y Oficios de Arrecife. En 1926 el Cabildo de

" Este autor utilizó muchas y variadas técnicas, domina a la perfección el lápiz grafito, a veces combinado con plumilla (boceto mural campesinos de Lanzarote); los lápices de colores, que emplea con una agilidad y frescura muy particular {Camellos, Piteras, Campesinos de Lanzarote, etc); la sanguina (bocetos para cerámicas) y el carboncillo, en especial en sus primeros desnudos académicos, ejecutados con gran variedad de poses y movimientos y las tintas (estudios de arquitectura popular de Lanzarote, bocetos para anagramas, etc.), se encuentran en la Fundación César Manrique.



Lanzarote le concede una beca para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Femando. A los dos años el Cabildo le retira la beca, se dedica entonces a trabajar como sacador de puntos y posteriormente como peluquero. En Madrid entabla amistad con Alberto Sánchez, etapa en la que realiza obras de inspiración neocubista, participa también de las inquietudes plásticas de la Escuela de Vallecas, para producir obras surrealistas, cuando no abstractas, siempre en la búsqueda de un "arte nuevo" al servicio de una nueva sociedad.



En 1939 regresa a Lanzarote, donde entabla amistad con César Manrique, desempeña tareas docentes en la Escuela de Artes y Oficios de Arrecife. Aquí opta por un realismo popular con el mundo del trabajo como protagonista. A partir de 1946 fija su residencia en Madrid, apenas establece contactos con el mundo cultural y su capacidad creadora se resiente. Desde 1960 se dedicó a la realización de medallas, actividad con la que alcanzó un gran prestigio.




MANRIQUE, César (Arrecife, 1919-Tahíche, Lanzarote, 1992): Comienza sus enseñanzas artísticas de forma autodidacta. En 1937 toma contactos con Agustín y José María Millares en Arrecife. Queda impresionado con las primeras esculturas abstractas de Pancho Lasso. En 1942 organiza su primera exposición individual. Son obras en las que aparecen imágenes de lo cotidiano insular expresadas en forma de síntesis de la realidad. En 1945 es becado por la Capitanía General de Canarias para seguir estudios en la

Escuela Superior de Bellas Artes de San Femando. Entre 1942 y 1952 elabora una serie de cuadros donde los protagonistas son la luz y el color. Viaja a París. Hacia 1954 se produce un cambio en su manera de trabajar, desaparecen las referencias figurativas, la identidad ahora es de procedimientos, son ejercicios evidentes de pintura abstracta en los que el color concentra todo el fulgor de la obra. Participa en la fundación de la Galería Femando Fe de Madrid. A partir de esa fecha abandona el color por la adopción de la materia, dentro de esquemas geométricos, como el máximo elemento sustentador de la expresividad del cuadro. Son obras en las que toma contacto con los expresionistas abstractos americanos, los tachistas franceses y los materistas de los Países Bajos. Entre 1954 y 1958 emprende un análisis consciente de la
forma, son obras en las que investiga en la materia en su carácter puramente intelectual. Realiza grandes murales en el Aeropuerto Intemacional de Madrid-Barajas. Después de 1958 retoma el color, que adquiere tonos distintos por la propia calidad de la materia, ésta integra al color. Expone en España, Europa y Estados Unidos. Viaja a Nueva York en 1964, un año después se instala en esta ciudad, donde permanece hasta 1968. Regresa definitivamente a Lanzarote, aquí realiza su homenaje al campesino de la isla y constmye la Casa-Museo El Campesino. Hacia la mitad de la década de los 70 aumenta el contenido narrativo de su obra, la materia sufre transformaciones y deja de ser la entidad compacta y entera que era antes, lo que propicia el desarrollo de una pintura totalmente gestual. Realiza distintos proyectos arquitectónicos en Tenerife, Lanzarote, El Hierro, Madrid y Ceuta, entre los que cabe destacar la restauración del Museo Internacional de Arte Contemporáneo (1976) y la construcción y acondicionamiento de su antigua

casa en Tahíche para albergar la Fundación César Manrique (1992). Recibió distintos premios y menciones, como el Premio Canarias de Bellas Artes, otorgado por el Gobierno de Canarias en 1989.

@Guillermina Casanova Báez

*nota: todas las imágenes publicadas en este reportaje corresponden a obras de PANCHO LASSO

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