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un escultor a la sombra de sus contemporáneos

*artículo escrito por Elena Morales, en el que aparecen algunas maravillosas frases entrecomilladas de Francisco Lasso Morales, que reseñan su personalidad y visión de su arte.


La vida y obra del escultor Pancho Lasso (Lanzarote 1904- Madrid 1973) ha permanecido eclipsada por dos artista que lo acompañaron durante su vida: Alberto Sánchez primero y César Manrique después. Pancho Lasso fue un hombre receptivo y sensible que captó expandió el paisaje de Lanzarote, una isla por la que sentía absoluta atracción. La influencia de su entorno y su excesiva timidez le impidieron crear en completa libertad.


Pancho Lasso nace en Arrecife en 1904 en el seno de una familia artesana y humilde. A la edad de doce años – debido a una lesión del tórax – abandona la escuela minucipal, sin dominar las nociones básicas y empieza a trabajar como aprendiz de peluquero. En 1918 ingresa en la Escuela de Artes y Oficios de Arrecife, donde elabora retratos y relieves tradicionales en arcilla y escayola. En esa época la isla estaba muy aislada del resto del mundo, por eso el ámbito cultural de Lasso es limitado. La muerte de su padre en 1920 le obliga a mantener a la familia por lo que adquiere una peluquería y compagina el oficio de barbero con la creación escultórica. Su cuñado, Aquiles Heiz, de origen francés y fotógrafo de profesión, incentiva su vocación artística. Cinco años más tarde imparte clases de modelado en la misma Escuela de Artes y Oficios donde se había formado.


En 1926 el Cabildo de Lanzarote le concede una beca para ampliar estudios en Madrid. Lasso aprovecha bien la temporada: se matricula en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en la Escuela de Artes y Oficios; asiste al taller imaginero de talla de madera de Ángel Garzón; y frecuenta la tertulia “Café de Oriente”, donde entabla amistad con Alberto Sánchez. Son intensas las impresiones de su vida en la Capital, como dejó reflejado en sus memorias: “Entré en el mundo del arte como entra un habitante de otro planeta, sin derecho a opinar, mirando a todas partes y “fisgando” en todos los rincones. (…) El lenguaje empleado no lo entendía, y el no entender, o sea, la ignorancia, es el instrumento (si descontamos la economía), empleado por las clases, por ambos mundos, para suprimirnos la voz y el voto, y hacer valer la veda a la intelectualidad del que nace en el trabajo manual”. Meses después es más optimista: “Ya tengo un poco de luz; (…) y esa pesadumbre mental, ese barullo de nombres, palabras y formas, las empiezo a digerir, les voy añadiendo po qué y para qué, unas veces acertadas y otras falto de conocimientos más justos, más amplios. Eso es el Arte, unos estudios sin meta, pero sí con origen y misión.”. A partir de 1927 muestra sus piezas neocubistas en el VII Salón de Otoño (Madrid). Desde el año siguiente y hasta el advenimiento de la República, trabaja como sacador de puntos en el taller de un escultor. Por entonces conoce a Benjamín Palencia e idea creaciones surrealistas de raíz popular. En 1934 se casa con Clara Berki. Durante la Guerra Civil toma partido por el bando republicano y su arte se vuelve realista y cargado de contenido político. Su personalidad introvertida y un ambiente que rechaza la vanguardia le impiden crear con libertad cuando regresa a Lanzarote en 1939. Vive en trabajos comerciales y encargos de carácter funerario.




En 1940 conoce a César Manrique, a quien le muestra sus primeras esculturas abstractas, que entusiasman al joven artista. Manrique confesó sobre su maestro: “estuvimos unidos y en comunicación e intercambio de ideas, en sabrosas charlas diarias, en las cuales como complemento de todos los problemas estéticos, hubo consideraciones y estudios sobre la auténtica personalidad de nuestra isla. “ Mas tarde Lasso opta por un arte realista de raigambre popular. En 1941 nace su hija. Algunos de sus dibujos adquieren resonancias surrealistas.

En 1944 expone en solitario en Lanzarote así como en distintas colectivas en Madrid y en las Palmas. A partir de 1946, otra vez instalado en Madrid con su familia, crea obras más atrevidas y que siguen la vanguardia (el surrealismo) como Pájaro, Músico y Oso. Desde 1962 es miembro fundador de la Sociedad Española de Amigos de la Medalla y contribuye a la renovación de la medallística española. El mismo año en que fallece su esposa (1965) participa en la VI Feria Internacional del Campo (Madrid) y recibe el Primer Premio de Escultura por Familia Campesina. En 1969 expone en solitario, esta vez pinturas, en la galería Círculo 2 de Madrid. Realiza, por encargo del Ayuntamiento de Arrecife, el busto del científico lanzaroteño Blas Cabrera Felipe. En 1973 fallece en Madrid, mientras prepraraba una exposición antológica en su tierra natal. Como comentó César Manrique, Lasso descubrió conductos misteriosos y espacios secretos de fuego en Lanzarote, siempre en continuo diálogo con la absoluta verdad escultórica.



@Elena Morales.

* las imágenes publicadas en este artículo corresponden a esculturas y dibujos de Pancho Lasso, a excepción del dibujo retrato que aparece como portada del  reportaje original de Elena Morales en el que se le retrata con una visión muy ajustada a lo que él fue. Gracias Elena por tu análisis.

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